Venezuela

Salí sabiendo que dejaba todo, familia, amigos, hermanos de elección, compañeros por casualidad.  Tuve que desprenderme de todo lo material, casa, lujos, carro pero sobre todo de mi hogar.

Sabía que sólo podría llevarme lo poco que entrara en mi maleta, además de lo poco que pude aprender de la vida aquí, lo mucho que me enseñaron mis padres, lo poco que aprendí de ti englobando hasta lo malo.

Se me arruga el corazón al pensar que me voy sólo conociendo una cuarta parte de ti y me atrevo a decir que estoy exagerando.

Hoy agarro mis maletas y empiezo un viaje sin saber cuándo acabará, me voy sin pasaje de regreso, sin tener una fecha exacta para decir que te volveré a ver.

No me dejas otra mejor elección, tanto tú como yo nos encontramos de manos atadas ante la trágica situación en la que estamos. Pero tranquila que me reencontraré con tus hijos que se encuentran en tierras vecinas producto de que no podemos más con esto, es la única alternativa que tenemos.

Te dejo saber que nos duele con todo el alma irnos y dejarte así pero ya luchamos contigo, no podemos más, se acabaron las fuerzas. Nos duele verte hundir pero ya no encontramos paz en ti.

Te han matado y nos están matando a nosotros también, somos tus hijos y nos cansamos de permitir que esto nos continúe pasando, por eso hoy tomamos la gran decisión de partir.

Tienes tres hermosos colores, ocho estrellas y miles de hijos que aman llamarte Venezuela, con orgullo cargamos tu nombre en nuestro hombros, conservamos la mirada fija en el horizonte y la esperanza de volver.

Nuestro hogar eres tú, te quedas con una gran parte de nuestro corazones, de nuestro ser, aquí es donde pertenecemos, crecimos, vivimos, soñamos, experimentamos y deberíamos morir pero por causas naturales no porque alguien más lo decida.

Nos toca conocer por obligación países que no imaginábamos visitar, nos toca experimentar convivir con gente que nos discrimina, pero son enseñanzas de la vida. Aunque no todo lo que nos toca pasar es malo, también sabemos verle la buena cara de la moneda.

Tenemos una experiencia que nadie más ha vivido,nos toco verte mal para saber valorarte. Ahora sí te damos la importancia que te mereces, ahora estás en nuestra boca siempre, porque ahora más que nunca nos enorgullece tus maravillas, que nos reconozcan por nuestro particular acento.

Hablar de ti es trágico cuando el tema solo se centra en lo malo que nos motivaron a salir, en lo que nos negamos a aceptar para nuestra vida. En que al expresarnos ya no se notan las ganas de regresar ni de visita, eso es lo que te han hecho, te han dejado en mal al frente de tus hijos y de todos los demás, te han matado. Pero llevo tu luz y tu aroma en mi piel y el cuatro en el corazón.