Tu delito

Malditos son los celos que se adueñan de mi cuerpo, me hacen perder el control de la razón, se me nubla la mente y se me acelera el corazón, aunque no de la emoción.

Respira, es lo que mi subconsciente me repite una y otra vez, aunque mi cuerpo reaccione mi mente sigue paralizada ante la situación.

Como puedo estar tranquila mientras al frente de mi disfrutas con otra chica, son mis celos los que me hacen perder la razón de la situación, créeme que mi cuerpo sigue en shock.

Mi mente ordena a mi cuerpo actuar contra tu voluntad, ordena sonreír para despistar, pero tristemente mi cara refleja solo enojo y decepción.

Otra vez me tengo que tragar mis palabras porque no puedo reclamar derechos que no me pertenecen, no me puedo tomar atribuciones que no son mías, no puedo discutir con la persona de la cual no tengo ninguna relación estable.

Me niego volver a experimentar este sentimiento de angustia, decepción y dolor, por un ser que no me da el respeto, cariño y atención que merezco.

Lo siento si mis palabras no son las adecuadas, pero necesito desahogar el alma, quizás te sorprenda la decisión que he tomado en vista de la situación.

Decirte adiós ya no me genera dolor, es lo mejor para los dos, disfrutar sin la presencia del otro es lo que debimos hacer desde el principio, sin falsos compromisos, nos ahorraríamos el tiempo perdido, pero ya no se devuelve el tiempo, ya está realizado el delito.